Hace días, en la entrada dedicada α “La Santa Muerte”, mantuve una sana discusión con una persona (Isaac) que decía que la sanación por medio de plegarias estaba demostrada científicamente.
Comentaba yo que existe efectivamente un experimento al respecto (Study of the therapeutic effects of intercessory prayer), pero contrario α lo que se dice, los resultados no favorecen la teoría de la eficacia de las plegarias, al contrario, deja muy mal paradas α las religiones o al menos α los participantes en dichas plegarias.
Se hicieron tres grupos, entre el grupo de los que nadie rezo y el grupo por los que se rezo y no sabían que se haría no hubo diferencias significativas en cuanto α su posterior recuperación, en cambio del grupo de los que si sabían que se rezaría por ellos hubo más complicaciones, atribuidas probablemente α cierto grado de expectativas.
La respuesta de Isaac, fue presentarme un dossier de prensa mencionando un estudio similar pero con resultados favorables α los partidarios de los rezos.
La revista: “ZENIT…El mundo visto desde Roma”, el estudio: Effects of remote, retroactive intercessory prayer on outcomes in patients with bloodstream infection.
Pero dejando de lado quien apoya cada experimento, lo interesante aquí es que si existen experimentos serios, si se les puede llamar así, con resultados favorables α la eficacia de las plegarias, de hecho existen cerca de 50 experimentos llevados α cabo más o menos de acuerdo al método científico, aunque muy pocos de ellos con la rigidez del mencionado al principio (doble ciego, dos grupos de control, etcétera).
Los resultados dependen casi siempre de quien patrocina los gastos del experimento, si lo hace la Fundación Templeton, los resultados suelen favorecer α los rezos, si está involucrado algún científico escéptico de The Committee for Skeptical Inquiry, los resultados no funcionan.
¿Quiere decir esto que algunas veces si se ha demostrado científicamente la eficacia de las plegarias?
Pues no, significa precisamente lo contrario, y lo contrario no es que las plegarias no funcionan, sino que no ha sido demostrado que funcionan y es aquí donde radica precisamente el valor del método científico.
Para poder decir que algo está científicamente demostrado no basta con presentar un experimento con toda la rigidez necesaria, ni siquiera que los creadores de dicho experimento cuenten con las mejores credenciales del mundo de la ciencia, lo que estarán consiguiendo será un resultado preliminar.
Existe dentro del método científico un paso que garantiza la confiabilidad en los resultados de cualquier experimento sin importar quien lo patrocine.
Antes de que podamos tener una teoría científica, se deben haber realizado muchas demostraciones o refutaciones de la hipótesis surgida de dicho experimento, α estas demostraciones se les llama Antítesis.
Y α menos que tanto los resultados al igual que los procedimientos utilizados validen las mismas conclusiones no se puede decir que algo haya sido científicamente demostrado.
En esto radica la certeza de los descubrimientos científicos, basta una sola refutación para que cualquier hecho científico pueda quedar invalidado.
Así que es precisamente el hecho de que existan tantos experimentos con tantos resultados diferentes en materia de la eficacia de las plegarias lo que nos avala para decir que ES UN HECHO NO DEMOSTRADO CIENTÍFICAMENTE.
Pero seamos realistas, sería casi imposible diseñar un experimento de este tipo en el que no se puedan argumentar justificaciones como “α Dios no le gusta que lo pongan α prueba”, “las plegarias funcionan, pero no fueron hechas con el fervor suficiente”, “le rezaron al dios equivocado” y cientos de etcéteras disponibles perfectamente validas para quien crea en el poder de la oración.
Así que como dice Brian de The Rational Response Squad: “Tu reza por mí, que yo pensare por ti”.
Juan Carlos Bujanda Benitez
Marzo 20, 2010.