“-No se porque he empezado a temer a la oscuridad. No ahora, por ejemplo, sino cuando estoy sola. Me asusta la noche; la noche como tal.
Quien decía aquellas palabras era una anciana solterona de aire educado y expresión desvaída.”
Ayn Rand en: La Rebelión de Atlas
Creo que la razón por la que algunas personas mayores le temen a la oscuridad es porque la asocian a la muerte.
De niño a uno le asusta la noche porque teme lo desconocido y a los miedos impuestos por los adultos.
Cuando se es joven, este miedo desaparece porque se tienen demasiadas energías, incluso uno trata de buscar situaciones que lo hagan sobresaltarse, nos da miedo; si, pero un miedo mas relacionado a la emoción de la aventura que a lo desconocido o sobrenatural.
En cambio el miedo del adulto mayor, del anciano, el afán de acercarse a lo divino es más producto del miedo a un final incierto.
Y ese miedo es porque dejamos muchas cosas pendientes porque vivimos poco, porque desperdiciamos mucho de nuestra vida y aun conservamos las secretas ilusiones de realizarlas.
Desafortunadamente, en este caso el miedo esta justificado.
Ya no hay vuelta atrás, ya no podrán vivir lo que quisieron vivir, se acabo, solo les queda aferrarse a la ilusión de una recompensa en la otra vida.
Y en esa otra vida, casualmente se ven jóvenes y vigorosos, como queriendo decir que tienen otra oportunidad.
Pero es solo una ilusión, cuando se hace de noche solo les queda el miedo a que sea la última, el final de su vida, su morada permanente, su premio: un frío y oscuro cajón.
Por eso hay que vivir cuando se pueda, por eso los momentos diarios hay que llenarlos de vida.
Para que cuando uno sea viejo este lleno de recuerdos, aunque muchos de estos hayan sido errores y equivocaciones.
No se porque, pero pienso que casi cualquier tontería que uno haya hecho en su vida, al final no será tan importante ni tan grave como pensábamos.
Lo grave es no vivir; el que vive no debe, no tiene porque temer a la oscuridad cuando se haga viejo.
Siento tristeza cuando un anciano se duerme con la luz encendida porque tiene miedo.
En cambio cuando un anciano se duerme o pide que apaguen la luz para recordar en la oscuridad, me digo: ¡Bien abuelo, quiero ser como tú!
Juan Carlos Bujanda Benítez
Junio 19, 2006
Fecha original: Febrero 16, 2006
Quien decía aquellas palabras era una anciana solterona de aire educado y expresión desvaída.”
Ayn Rand en: La Rebelión de Atlas
Creo que la razón por la que algunas personas mayores le temen a la oscuridad es porque la asocian a la muerte.
De niño a uno le asusta la noche porque teme lo desconocido y a los miedos impuestos por los adultos.
Cuando se es joven, este miedo desaparece porque se tienen demasiadas energías, incluso uno trata de buscar situaciones que lo hagan sobresaltarse, nos da miedo; si, pero un miedo mas relacionado a la emoción de la aventura que a lo desconocido o sobrenatural.
En cambio el miedo del adulto mayor, del anciano, el afán de acercarse a lo divino es más producto del miedo a un final incierto.
Y ese miedo es porque dejamos muchas cosas pendientes porque vivimos poco, porque desperdiciamos mucho de nuestra vida y aun conservamos las secretas ilusiones de realizarlas.
Desafortunadamente, en este caso el miedo esta justificado.
Ya no hay vuelta atrás, ya no podrán vivir lo que quisieron vivir, se acabo, solo les queda aferrarse a la ilusión de una recompensa en la otra vida.
Y en esa otra vida, casualmente se ven jóvenes y vigorosos, como queriendo decir que tienen otra oportunidad.
Pero es solo una ilusión, cuando se hace de noche solo les queda el miedo a que sea la última, el final de su vida, su morada permanente, su premio: un frío y oscuro cajón.
Por eso hay que vivir cuando se pueda, por eso los momentos diarios hay que llenarlos de vida.
Para que cuando uno sea viejo este lleno de recuerdos, aunque muchos de estos hayan sido errores y equivocaciones.
No se porque, pero pienso que casi cualquier tontería que uno haya hecho en su vida, al final no será tan importante ni tan grave como pensábamos.
Lo grave es no vivir; el que vive no debe, no tiene porque temer a la oscuridad cuando se haga viejo.
Siento tristeza cuando un anciano se duerme con la luz encendida porque tiene miedo.
En cambio cuando un anciano se duerme o pide que apaguen la luz para recordar en la oscuridad, me digo: ¡Bien abuelo, quiero ser como tú!
Juan Carlos Bujanda Benítez
Junio 19, 2006
Fecha original: Febrero 16, 2006