Si claro, como dicen Penn & Teller: Esto es Bullshit!
Primero fue Ikram Antaki la que me convenció que las opiniones eran el nivel mas bajo de las ideas, luego fue Fernando Savater al decir que ninguna opinión es respetable solo porque si, al contrario, precisamente porque son opiniones son susceptibles de ser discutidas, tienen que defenderse, argumentarse, mantenerse o rechazarse.
Ahora gracias a Jamie Whyte y su magnifico librito: Crimes Against Logic, estoy convencido de que no solamente las opiniones no son respetables, sino que ni siquiera tenemos derecho a tener una, y esto me parece muy bien.
Me explico:
Cuando tratamos de discutir algo generalmente nos encontramos con la postura contraria y es común que cuando nos quedamos sin argumentos nuestra contestación sea del tipo: - Bueno, es mi idea y tengo derecho a tener mi propia opinión que no?
Pues resulta que no! No solamente la contestación es irrelevante para el punto discutido, sino que el hacer uso de ella implica una falacia puesto que se usa defensivamente sin aportar ninguna argumentación a favor.
Pongamos por ejemplo que estoy discutiendo con Carlos y le digo que es casi imposible que realmente veamos extraterrestres debido al tiempo que necesitarían para recorrer distancias tan largas desde lejanas galaxias hasta nuestro planeta y seria una casualidad que si lo hacen aparte coincidiera con nuestra propia era.
La contestación podría ser de esta manera: “Bueno, eso dices tu, pero yo creo que si es posible y además tengo derecho a tener mi propia opinión al respecto no?”
Veamos, al dar mi opinión estoy usando un argumento, la cuestión espacio-temporal, pero no estoy recibiendo a cambio ninguno que trate de rebatir mi punto, Carlos solamente dice lo que el cree, pero no dice porque lo cree, de esta manera no aporta nada a la discusión, es un intercambio de argumentos de un lado contra deseos del otro.
La falacia esta en asumir que su replica es de alguna manera una respuesta satisfactoria a mi argumento, cuando en realidad es completamente irrelevante.
Si el tener derecho a una opinión hiciera esta cierta, entonces todo mundo tendría razón y nadie la tendría al mismo tiempo, a menos que todos opináramos lo mismo.
Sin embargo esta no es la única razón del porque nadie tiene derecho implícito a una opinión.
La frase “tengo derecho a mi propia opinión” es reconocida como valida casi universalmente debido en parte a su ambigüedad.
Pero es así porque le damos una interpretación política o legal que tiene que ver con los derechos de los demás. Pero también tiene una interpretación epistemológica que esta mas relacionada con el conocimiento.
O sea que yo tengo derecho a una opinión en su sentido epistemológico, solo cuando tenga buenas razones para sostenerla, esto es: evidencia, argumentos validos, pruebas, etcétera.
Esto significa que lejos de ser universal, este derecho es del tipo de los que se ganan, no es automático, hay que hacer meritos para tenerlo.
El creer que todos tenemos derecho a una opinión en su sentido político, hace que se desalienten las buenas discusiones o argumentaciones y que casi nunca podamos llegar a conclusiones satisfactorias que nos acerquen a la verdad o a las verdades.
Ya que la mayoría cree que sus opiniones deben ser respetadas y por lo tanto no necesitan poner atención en los argumentos del contrario, en vez de pensar en que quizás pueden estar equivocados, se sienten ofendidos porque se atacan sus derechos nunca ganados.
Así que sin en verdad nos interesa tener congruencia entre la realidad y en como la vivimos o en tener algunas certezas o verdades, debemos olvidarnos de la tontería que tenemos derecho a un opinión y buscar ganarnos este derecho con una buena argumentación razonada de nuestras creencias.
Octubre 29, 2005
Biblografia:
Ikram Antaki “Grandes Temas” (Ed. Joaquin Mortiz)
Fernando Savater “Diccionario filosofico” (Ed. Planeta)
Jamie Whyte “Crimes Against Logic” (Ed. McGraw-Hill)